viernes, 20 de junio de 2014

La Impermanencia de Todo lo Condicionado....

Tashi Delek Seres Sensibles! Se que os tengo un poco abandonados mis queridos lectores desde que preparé el viaje al curso de verano han pasado muchas cosas, antes durante y después del curso, que me han hecho reflexionar sobre uno de los puntos básicos de la filosofía budista, la "impermanencia". Lo pongo entre comillas, por que aunque sea un termino que usamos a menudo no esta reconocido por la real academia de la lengua española como termino, lo mas parecido que podríamos usar de manera correcta es Mutabilidad o Inestabilidad, aunque me gustaría usar No Permanencia.

La frase que da titulo es clara y concisa, todo lo que nos rodea, todo lo que somos, todo lo que nuestro cerebro percibe es no es estable ni permanente, está en constante cambio y evolución, ya sean personas, objetos, sentimientos y/o relaciones. Nada es eterno, ni el amor, ni los diamantes... nada.

Se puede decir que nuestra vida es cambio, aprendizaje y evolución, de un año a otro cambiamos nuestra manera de ser, a veces sutilmente y otras no tanto. Nuestros sentimientos hacia otras personas también varían, y no hablo de novios y amigos, también hacia nuestros padres e hijos, hermanos y tíos, etc...

Entonces ¿que usamos de cimiento para nuestra evolución personal y espiritual? pues aunque parezca raro usamos tres grandes pilares:
  • Nuestra propia mente, ya que esta tiene la capacidad innata de alcanzar un estado de consciencia superior, podéis llamarlo iluminación, vibraciones, sabiduría expandida, pero en definitiva es el grado de consciencia que alcanzó El Buda.
  • Las enseñanzas que guían el camino a ese estado de consciencia. Bien pueden ser proporcionadas por un maestro o guía, o bien pueden ser libros, pero deben darnos una serie de instrucciones que nos ayuden a encontrar nuestro propio camino.
  • En los Seres que como nosotros estamos inmersos en esa búsqueda, y que ya han alcanzado cierto grado de realización, osea que nos llevan cierta ventaja por que han comprendido algunos conceptos que a nosotros se nos escapan todavía...
Estas son a groso modo las Tres Joyas del Budismo, El Buda es el ejemplo del pleno desarrollo de la mente humana, El Dharma son las enseñanzas que nos dejó y que conducen al pleno desarrollo, y La Shanga que son todos los integrantes y practicantes del Boddhidharma. Llegados a este punto podríais decir que en ultima instancia la Shanga tampoco es permanente, ya que sus integrantes son humanos y por lo tanto son mutables, pero no hablamos de una sola persona, si no del conjunto en si.

Tres Joyas que representan El Buddha, El Dharma y La Shanga


Como ya os comenté en el anterior articulo os voy a terminar de explicar los Votos del Bodhissttva, ellos también forman parte de la Shanga, aquí tenéis los 46 votos menores:

No es que sean menos importantes o deba prestárseles menos atención, pero sus transgresiones se consideran faltas menos graves que las de los otros dieciocho.

Están divididos según su relación con las Seis Perfecciones o Paramitas (Generosidad, Virtud, Paciencia, Esfuerzo, Concentración y Sabiduría)

  1. Hacer ofrendas diarias a las Tres Joyas: Debemos cuidar del altar, realizar ofrecimientos aunque sea mentalmente si no pueden ser ofrendas físicas, realizar postraciones ante la Sangha, etc.
  2. No debemos actuar movidos por el deseo que surgen del descontento: Como cuando pasamos por rachas en las que no pensamos en el Dharma y caemos en errores fundados en no conformarnos con lo que tenemos.
  3. No debemos tratar de forma arrogante a quienes llevan más tiempo manteniendo sus votos o como monjes: Existe una jerarquía espiritual con quienes son más veteranos que nosotros en toma de votos, monjes o laicos.
  4. Debemos contestar a quienes preguntan de forma sincera si sabemos que podemos hacerlo adecuadamente. Excepciones: Si estamos muy enfermos o incapacitados para contestar, o si durante un debate sobre Dharma alguien pregunta sobre asuntos distintos que podrían interrumpir la conversación.
  5. No debemos rechazar una invitación por pereza, enfado, orgullo, o deseo de dañar a otros. Como cuando nos invitan a un acto y podemos ir pero no nos presentamos sin importarnos que hayamos ofendido al anfitrión, no tenemos ganas, etc.
  6. No debemos rechazar regalos por enfado, envidia, etc, o por deseo de dañar a otros. Si recibimos regalos, debemos aceptarlos con agrado. Si los aceptamos por avaricia, el voto sí es violado.
  7. Debemos dar enseñanzas de Dharma a quienes quieren aprender. No necesariamente se trata de impartir enseñanzas cuando estamos cualificados para ello, sino de ofrecer nuestro humilde consejo cuando sabemos que pueden ayudar a alguien que lo necesita y sabemos que puede ser algo positivo.
  8. No debemos ignorar o insultar a quienes han violado sus votos o han cometido alguno de los cinco actos de efecto inmediato y/o lo haya hecho alegrándose por ello. Significa que debemos apoyar a las personas que han cometido estas faltas porque están en una situación mental difícil y podemos ayudarles a volver a renovar sus votos poniendo en marcha la purificación oportuna.
  9. No debemos romper los votos para ganarse el favor de los demás. A veces podemos estar tentados a hacer algo contrario a nuestros votos si ello hace que los demás nos admiren o nos feliciten. Un ejemplo sería ir diciendo por ahí que tenemos votos de bodhisattva para ayudar más y mejor que quienes no los han tomado, o cometer una tontería o una irresponsabilidad para impresionar a alguien.
  10. No debemos mantener un voto cuando discrepar sería mejor para los demás. Significa que si en una circunstancia dada -es decir, en una situación puntual- comprobamos que es mejor ignorar un voto si con ello ayudamos a un ser sintiente que necesita ayuda, entonces no estaremos violando ese voto.
  11. Debemos cometer una acción negativa cuando se considere necesario dadas las circunstancias. Es parecido a lo anterior: No debemos cometer ninguna de las siete negatividades de cuerpo, palabra o mente, pero si el beneficio que se consigue para los demás es mayor, en ese momento es mejor cometer esa falta. Ejemplo: En una de sus vidas anteriores, el bodhisattva que más tarde se convertiría en Buda Sakyamuni viajaba en un barco junto a cientos de personas más. Cuando supo que un asesino pensaba matar al capitán, provocando que el barco se hundiese, decidió matar al asesino: Era preferible matar a una persona, que permitir que esa persona matara a muchas más. Eso sí: Cuando tomamos una decisión así y en el último momento nos echamos atrás, sí estaremos cometiendo una falta, porque habrá sido por temor a las desventajas que nos acarrearía romper un voto. Es importante comprender que se requiere una sabiduría muy elevada para tomar este tipo de decisiones.
  12. No debemos aceptar regalos obtenidos por vías erróneas: Se refiere a que, aunque debamos aceptar los regalos y ofrecimientos que nos puedan dar, debemos rechazar aquellos que se hayan conseguido por medio de los cinco sustentos erróneos (por adulación, petición expresa, soborno, extorsión o mentiras; si alguien nos regala algo que él ha obtenido por estos medios, no debemos aceptarlo).
  13. No debemos perder el tiempo en frivolidades. Esto significa que no debemos dejarnos llevar por cosas como la falta de atención, falta de moralidad pura, abandonarnos al baile o la música, diversión alocada, cotilleos, etc. Tampoco debemos distraer con nuestras frivolidades a quienes están meditando. Por ejemplo, entrar charlando en voz alta en un sitio donde hay alguien meditando sin importarnos, sería romper este voto. Podemos escuchar música, bailar, etc en un momento dado, pero desde el momento en que tomamos votos de bodhisattva debemos recordar en todo momento que vivimos para ayudar a los seres sintientes, no para nosotros mismos.
  14. No debemos pensar que los bodhisattvas no intentan alcanzar la iluminación definitiva. Los bodhisattvas han ido más allá de la liberación individual por su motivación de liberar a todos los seres, pero es incorrecto decir que la liberación individual no les interese.
  15. Debemos cumplir con nuestros preceptos. Se refiere más concretamente a cuando tenemos capacidad para ayudar a los demás pero por alguna razón no lo hacemos. Por ejemplo, si alguien nos hace una pregunta y respondemos con una broma porque en realidad no queremos o no sabemos resolver esa duda, caemos en el riesgo de que estas bromas hagan que la gente deje de confiar en nosotros y ya no nos tendrán confianza, lo que mermaría en gran medida nuestras actividades como bodhisattva.
  16. Debemos corregir a quienes están motivados por los engaños. Cuando vemos que alguien se está equivocando, es correcto hablarles con humildad y una buena motivación. Si corregimos el error de alguien, ese alguien podría ayudarnos indirectamente, o ayudar mejor a los demás por su parte.
  17. No debemos abandonar las cuatro nobles disciplinas. Las cuatro nobles disciplinas son las prácticas que debemos poner en marcha para no perder la paciencia. Primera: Cuando alguien se enfada con nosotros no debemos reaccionar también con enfado. Segunda: Si alguien nos daña físicamente no debemos tomar represalias. Tercera: Si alguien nos critica no debemos responder criticándole a él / ella. Cuarta: Si alguien discute con nosotros no debemos contradecirle sistemáticamente; podemos intentar dialogar con cuidado o defender un punto de vista, pero no entrar en discusión abierta.
  18. Debemos interesarnos por quienes se enfadan con uno. Si como hemos visto en el punto anterior, no debemos actuar de forma incorrecta debido a perder la paciencia, tampoco debemos desentendernos de quienes se enfadan con nosotros, porque puede ser incluso peor. Hay que considerar que tal vez hablando de forma razonable pueda llegarse a una solución; Si nos limitamos a dejarlo estar, esa persona podría seguir profundizando en su resentimiento. También es importante escucharle y tratar de ver su punto de vista, no pretender convencerlo.
  19. Debemos aceptar las disculpas. Si alguien nos trata mal y luego se disculpa, debemos aceptarlo. De no ser así, podríamos hacer que se enfadase aún más.
  20. Debemos buscar un antídoto para el enfado. Siempre debemos esforzarnos activamente en solucionar nuestro enfado, buscando sus causas y aplicando sus antídotos.
  21. No debemos rodearnos de seguidores por deseo de respeto o beneficios materiales. Si uno está cualificado para ser maestro, debe ser siempre con la motivación de ayudar a los demás y movidos por ese entusiasmo; nunca con la motivación de obtener nada a cambio.
  22. No debemos entretenernos con trivialidades. Según el budismo, hay distintos tipos de pereza, y estar siempre ocupados con cosas inapropiadas cuando podríamos / deberíamos estar dedicándonos al Dharma es considerado una forma de pereza, incluso si trabajamos mucho para ganar mucho dinero, cuando se excede de lo necesario para vivir ya estaríamos malgastando nuestro tiempo y energía en algo contrario al Dharma.
  23. No debemos charlar de frivolidades. Estaremos rompiendo este voto si charlamos de cosas sin importancia por mero placer de charlar, hablamos de cotilleos, etc, tanto de personajes famosos como de otras personas más cercanas. Debemos evitar cosas como acercarnos por curiosidad a una conversación para enterarnos de qué andan charlando, por simple entretenimiento.
  24. Debemos preocuparnos por desarrollar la concentración. Es posible que a lo largo de mucho estudiar, practicar, atender a enseñanzas, hayamos puesto poca atención en estar concentrados. Una vez hemos tomado los votos de bodhisattva es necesario esforzarse en observar nuestra falta de concentración y aplicar los antídotos adecuados.
  25. No debemos abandonarnos a los cinco oscurecimientos que impiden la estabilidad meditativa. Para concentrase correctamente durante la meditación (y con la experiencia, en cualquier momento) debemos evitar los cinco oscurecimientos: No dirigir la mente hacia el objeto, olvidar, laxitud / excitación, aplicación, no-aplicación. Aplicación significa que debido a nuestra confusión mental, aplicamos antídotos cuando no son necesarios. La no-aplicación es no aplicar el antídoto cuando aparecen la laxitud o la excitación.
  26. No debemos generar apego al gozo de la absorción meditativa. Cuando un practicante ha conseguido hacer shiné (concentración genuina), se corre el riesgo de sentir apego a ese nuevo bienestar. Rompemos este voto si nos quedamos haciendo shiné por el aparente placer que encontramos en ello. El problema no es sentirse bien y alegrarse de hacerlo, sino apegarse a ese bienestar. La única razón para que los budistas Mahayana hagamos shiné es para enfocar nuestra mente en la compasión y la sabiduría. No es un fin en sí mismo.
  27. No debemos abandonar el Theravada considerándolo innecesario para el Mahayana. Desde la perspectiva del Sutrayana, que las enseñanzas de Buda existan o no depende de que hayan enseñanzas de Vinaya o no; si no hay enseñanzas de Vinaya, no hay enseñanzas. Esto debe ser plenamente respetado por los practicantes Mahayana. No hacerlo supone romper este voto.
  28. No debemos dedicarnos a otros sistemas de práctica en detrimento del Mahayana. Es la otra cara de la transgresión anterior. Es decir, no debemos recomendar a alguien que ya está en el camino del bodhisattva que se concentre en enseñanzas que no son Mahayana. Hay que encontrar un equilibrio entre practicar el Mahayana y estudiar el Sutrayana.
  29. No debemos estudiar o practicar otras filosofías no budistas. Se refiere a que, a no ser que tengamos una buena razón, está bien comprender otras filosofías, budistas o no budistas, si es en beneficio de nuestra misión como bodhisattvas de ayudar a todos los seres, pero no debemos estudiarlas por mera curiosidad o porque nos llamen la atención. (Por tener una buena razón se entienden situaciones como que un practicante del bodhisattvayana necesite aprender distintas filosofías por cuestiones académicas o profesionales).
  30. No debemos defender tratados no budistas. Significa que, cuando tengamos una buena razón para estudiar filosofías o enseñanzas no budistas, no es correcto aferrarse a ellas. No es un voto especialmente estricto, pero es importante en tanto está relacionado con el desarrollo de la sabiduría.
  31. No debemos abandonar ciertos aspectos del Mahayana. Estaremos rompiendo un voto si obviamos o preferimos no practicar o estudiar alguna parte del Mahayana, porque lo consideramos desagradable, aburrido, etc.
  32. No debemos alabarnos a uno mismo menospreciando a los demás. Esta caída es muy parecida a la del primer voto raíz, pero la diferencia, según Lama Tsongkhapa, es que para que la caída sea considerada grave (del voto raíz) es porque se están dando los cuatro factores que atan.
  33. Debemos ir a reuniones o enseñanzas de Dharma. Tener la oportunidad de acudir a enseñanzas o reuniones en las que se debate sobre Dharma y no hacerlo es una caída ya que estamos desperdiciando oportunidades de desarrollar nuestra sabiduría. Para desarrollar la sabiduría se debe hacer tres cosas: Escuchar, reflexionar y meditar. Si no, no es posible avanzar.
  34. No debemos despreciar al maestro espiritual. Esto genera un frenazo en nuestra acumulación de mérito. Es muy importante mostrar un gran respeto por nuestro maestro, ganándonos su amabilidad.
  35. Debemos ofrecer ayuda a quienes la necesitan. Si hemos tomado el compromiso de ayudar a todos los seres a alcanzar la iluminación, es lógico que ese compromiso también incluya ayudarles a un nivel más mundano. Por ejemplo, cuando un vecino pide que vigilemos su puerta un momento, cuando vemos que un anciano no puede cargar con demasiado peso, cuando un amigo tiene problemas y necesita consejo o cobijo, etc.
  36. Debemos ayudar a los enfermos. No se refiere únicamente a los enfermos con los que tengamos una conexión y debamos atender por ser familiares, etc. sino a los enfermos en general. Hay excepciones, como cuando queremos ayudar a una persona enferma pero su familia se opone, entonces no debemos interferir, o cuando la persona enferma intenta abusar de nosotros pidiéndonos demasiado a cambio (dinero, favores, etc) o una atención que no le podemos proporcionar por no ser expertos. Si un enfermo nos pide que le hagamos algo pero no tenemos experiencia o no sabemos cómo hacerlo, es correcto no hacerlo y explicarle por qué no es posible.
  37. Debemos aliviar el sufrimiento de otros. Lo mismo que el punto anterior, pero no solo en cuanto a enfermedades físicas sino a sufrimientos en general.
  38. Debemos explicar lo que es correcto a los temerarios o descuidados. Esto se refiere a quienes no observan la ley del karma, sean budistas o no, actuando sin mirar por los resultados. Si podemos ayudarles a rectificar su comportamiento o sus acciones para evitarles sufrimientos en el futuro causados por su irresponsabilidad, debemos hacerlo.
  39. Debemos devolver la ayuda a quienes nos han ayudado. Aunque según las enseñanzas se dice que cualquier ser ha sido nuestra madre bondadosa, este voto se refiere a esta vida presente. Nos han ayudado cuidando de nuestro cuerpo, dándonos de comer, educándonos, dándonos su consejo y atenciones, sacrificando parte de sus vidas, etc. por nosotros. Por otro lado, nuestros maestros se dedican exclusivamente a cuidar de nuestras mentes para poder avanzar en el Dharma. Del mismo modo, debemos colmarles de atenciones, cuidando de nuestros padres cuando se van haciendo mayores y tienen nuevas necesidades y dificultades, atendiendo a nuestros maestros incondicionalmente, etc.
  40. Debemos aliviar el dolor de otros. Cuando la gente está triste por algún motivo (pérdida de un ser querido, ruptura sentimental, enfermedad, depresión, desastres naturales, y también pequeñas desgracias o problemas más personales…) debemos ayudarles. Esto a veces es difícil y tendemos a hablar con gente que nos proporciona una conversación alegre o interesante, pero podemos compararlo con este ejemplo: Podemos ofrecer un vaso de agua a alguien que acaba de beber, y podemos ofrecer un vaso de agua a alguien que está perdido en el desierto. Lo que ofrecemos es lo mismo, pero con un poco de esfuerzo por nuestra parte, podemos beneficiar enormemente a esa persona.En general, debemos intentar ayudar a cualquier ser sintiente que necesite nuestra ayuda, pero cuando se trata de un ser que verdaderamente está muy necesitado de ayuda, entonces debemos acudir.
  41. Debemos dar posesiones materiales a quienes las necesitan. Este voto es igual al anterior, pero ahora no se trata de ayuda emocional sino material.
  42. Debemos esforzarnos en beneficiar a los compañeros. De nuevo, este voto incumbe a los círculos de personas a los que pertenecemos. Es decir, debemos colaborar con las necesidades de nuestros empleados, nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo, nuestros compañeros de clase, nuestros amigos, nuestros compañeros de centros budistas, etc.
  43. Debemos actuar de acuerdo con los deseos de otros cuando hacerlo no nos supone ningún perjuicio. Por ejemplo, si alguien nos pide que le ayudemos con algún asunto, o nos pide que hagamos tal o cual cosa, debemos preguntarnos: ¿Hay algún impedimento? ¿Supone algún problema? ¿Perjudica a otros, o a mí mismo? ¿Rompo con ello algún voto? etcétera. Si no hay razones para aceptar la propuesta de esa persona, entonces debemos acceder de buena gana.
  44. Debemos elogiar a quienes poseen buenas cualidades. Debemos respetar, admirar y elogiar a quienes poseen buenas cualidades, como una gran sabiduría, gran compasión, etc. La razón es que si no sentimos admiración por estas personas, no sentiremos en nosotros mismos la motivación necesaria para desarrollar esas mismas buenas cualidades.
  45. Debemos actuar cuando las circunstancias lo requieren. Cuando una persona o grupo de personas están creando sufrimiento en otros, sean organizaciones criminales, imposición de leyes crueles, etc., no debemos reaccionar con pasividad con la excusa de que somos budistas y no debemos interferir porque debemos proteger nuestros votos. Cuando se considere que se está haciendo mucho daño a otros seres y provocando injusticia, entonces debemos oponernos tan enérgicamente como se considere oportuno dadas las circunstancias.
  46. Debemos servirnos de siddhis si pueden evitar o detener grandes desastres. El propio Buda insistió en no otorgar importancia a los siddhis (poderes extraordinarios que aparecen en ciertos estados del desarrollo dhármico), pero sí es correcto servirse de ellos cuando se tienen poderes extraordinarios, como clarividencia, bilocación, recorrer grandes distancias con poco esfuerzo o tiempo, etc. Esto está relacionado más concretamente en situaciones excepcionalmente graves, como la posibilidad de que las enseñanzas desaparezcan.
Dulces Sueños y que las Bendiciones de Las Tres Joyas os protejan mis queridos Seres Sensibles!!! El próximo día os contaré como cambió mi vida en el curso de verano!

No hay comentarios:

Publicar un comentario